A. M. Homes
A. M. Homes vive en Nueva York y es profesora en la Universidad de Columbia. Ha sido denominada «reina de las bad-girl heroines» (Mademoiselle) y «la mejor retratista de la depravación contemporánea» (The New York Times Book Review). En Anagrama se han publicado El fin de Alice: «Una indagación en lo más oscuro de los deseos, una obra emparentada con la Lolita de Nabokov, pero más brutal y provocadora» (Mauricio Bach, El Mundo); «Un cruce entre Lolita y El silencio de los corderos» (Karma); Música para corazones incendiados: «Una crónica excéntrica y delirante del tejido conyugal y del fracaso de un modelo social» (Javier Aparicio Maydeu, El Periódico); Cosas que debes saber: «Un sabroso catálogo de los horrores cotidianos que anidan en los suburbios residenciales de Estados Unidos» (Juan Manuel de Prada, ABC); «Pensad en A. M. Homes como en la hija imposible de John Cheever y Dorothy Parker, unida para siempre a su hermano siamés Todd Solondz» (Rodrigo Fresán); Este libro te salvará la vida: «Destinada a convertirse en una comedia memorable sobre un pedazo de vida en la ciudad de Los Ángeles» (Iosu de la Torre, El Periódico); «Una novela frenética, nerviosa, que tiene tanto de fábula moral como de crítica certera de la sociedad de consumo» (Diego Gándara, La Razón); La hija de la amante: «Relato intenso, duro, y que crea en el lector la fascinante necesidad de continuar leyendo» (Sergi Pàmies); «Libro despiadado, sombrío y resplandeciente a la vez» (María José Obiol, El País); Ojalá nos perdonen: «Excelente el reflejo social que nos ofrece Homes» (José Antonio Gurpegui, El Mundo); Días temibles: «La maestría de Homes para el relato y su talento para la observación y la parodia y el retrato deformante pero tan fi el de seres extremos a la vez que normales» (Rodrigo Fresán, ABC); En un país para madres: «Inquietante... Captura un mundo fuera de control... Una novela psicológica fascinante» (San Francisco Chronicle) y La revelación: «Una sátira feroz… Homes captura a las élites estadounidenses con exquisita precisión… Escenas que hacen llorar de risa… Irresistible» (Ron Charles, The Washington Post).
Fotografía © Marion Ettlinger