ISBN | 978-84-339-6931-6 |
EAN | 9788433969316 |
PVP CON IVA | 11.40 € |
COLECCIÓN | Panorama de narrativas |
CÓDIGO | PN 470 |
TRADUCCIÓN | Marcelo Cohen |
PUBLICACIÓN | 01/02/2001 |
Un día de primavera de 1993, dos años después de haber publicado El alma fugitiva, la mítica novela esperada durante más de veinticinco años, Harold Brodkey cayó enfermo. Para su sorpresa -llevaba largos años de feliz y heterosexual matrimonio con la escritora Ellen Schwamm-, los médicos diagnosticaron que tenía sida. «Y así fue como terminó mi vida, y comenzó mi morir», escribió. Murió en enero de 1996 y ésta es la crónica de esos últimos dos años, su última «mortal luna de miel». «No creo en la privacidad», escribió también, «o mejor dicho, no veo por qué habría de dejar el testimonio en manos y en boca de otros». Y es por eso que Esta salvaje oscuridad no es sólo el imprevisible, a veces perverso, diario de una enfermedad; es también -y mucho más intensamente-una meditación sobre la muerte, el poder, la fama y la inmortalidad de la literatura. Y una absolutamente sincera exploración de la sexualidad de Brodkey, la fulgurante, precisa memoria de su infancia, el lugar desde donde explica terrores y deseos, y aquello que ha hecho de él, por encima de todo, un escritor, alguien capaz de afirmar a las puertas de la muerte que «si tuviera que renunciar a lo que he escrito para librarme de esta enfermedad, no lo haría».
«Muy pocas veces la energía de la desesperación y la lucidez de un hombre que no cree en Dios han originado unas páginas tan brutales y directas. Todo el libro está escrito desde la sinceridad absoluta, desde la postura de un hombre que dice: "Miro fijamente a la muerte, y ella me devuelve la mirada"» (Lire).
«Los lectores de este libro notable podrán sentirse fascinados, o quizá les repela, o les conmueva, pero en ningún momento les dejará indiferentes» (Publishers Weekly).
«Harold Brodkey hace de su muerte un acontecimiento vital y literario; de alguna manera, las palabras acerca del dolor son más importantes que el dolor mismo» (William Fiennes, The Observer).
«Cada matiz de los sentimientos es explorado con una sinceridad que jamás empaña la autocompasión. Vulnerable, furioso o arrogante, Brodkey escribe siempre con una despojada hermosura» (Katie Donovan, The lrish Times).
«Nos hallamos ante un libro excepcional, no sólo por lo que su autor nos descubre acerca de sí mismo, sino por su vigorosa, espléndida escritura» (Richard Canning, New Stateman).
«La vecindad de la muerte no permite evasivas, ni otorga al escritor el lujo de la mentira. Éste es Brodkey "unplugged", furioso, brutalmente honesto, desesperado, escribiendo sin tapujos ni disculpas, e inexplicablemente feliz» (Alan Taylor, The Scotsman).
«Leer a Brodkey es como escuchar el rock and roll de los primeros tiempos: liberador y exaltante. Su estilo está lleno de improvisaciones geniales, de matices y modulaciones, como el jazz, y como él, es profundamente americano» (D. Menaker, The New York Times Book Review).
«Uno de los grandes escritores de nuestro tiempo» (Harold Bloom).
ISBN | 978-84-339-6931-6 |
EAN | 9788433969316 |
PVP CON IVA | 11.40 € |
COLECCIÓN | Panorama de narrativas |
CÓDIGO | PN 470 |
TRADUCCIÓN | Marcelo Cohen |
PUBLICACIÓN | 01/02/2001 |
Harold Bordkey (Staunton, 1930 - Nueva York, 1996) se crió en Missouri y se graduó en Harvard. Entre los años cincuenta y los noventa, sus relatos aparecieron en el New Yorker y otras revistas. Obtuvo numerosos galardones, como el O'Henry en dos ocasiones, así como becas de la American Academy en Roma, del National Endowment for Arts y de la Guggenheim Foundation.
Después de su celebrado debut con Primer amor y otros pesares (1958) se convirtió en el genio oculta de la literatura norteamericana, trabajando desde entonces hasta su muerte en su novela Party of Animals. Aunque aparentemente nunca terminó siendo publicada, reputados críticos que tuvieron acceso al manuscrito, como Denis Donaghue, Harold Bloom, Cynthia Ozick o Gordon Lish, quienes no dudaron a comparar a Brodkey con Proust, Whitman y Wordsworth.
Foto © Jerry Bauer