La adopción de A.M. Homes fue apalabrada antes de que naciera. Su madre biológica era una mujer soltera de veintidós años que mantenía una relación con un hombre mucho mayor, casado y con hijos. La hija de la amante es la historia de lo que sucedió cuando, treinta años después, sus padres biológicos empezaron a buscarla.

La autora, famosa por la exactitud psicológica y la intensidad emocional de su narrativa, cuenta que sus padres biológicos establecieron contacto con ella, lo que sucedió después (su madre la asediaba y se presentó sin anunciarse en una lectura pública) y lo que consiguió reconstruir de la historia de sus vidas y familias respectivas. Su madre natural, una mujer compleja y solitaria, no se casó nunca ni tuvo más hijos y murió de una dolencia renal en 1998; el padre de A. M. Homes, que al principio hizo insinuaciones sobre su intención de integrarla en su familia, nunca lo hizo.

Más adelante, el relato da un salto de varios años, hasta el momento en que Homes abre las cajas que contienen los objetos personales de su madre. Confiaba en encontrarla en las cajas, conocer sus secretos, pero no fue así. Se obsesionó cada vez más con averiguar todo lo posible sobre sus cuatro padres y sus familias, contrató a investigadores y pasó horas examinando hemerotecas, archivos municipales y sitios genealógicos de la Web. Una memoria en la que una escritora prodigiosa reflexiona sobre lo que significa ser adoptada y el modo en que todos construimos nuestro sentido de la familia y del yo.

«Tiene la fuerza seductora del misterio, la memoria y la sorpresa. Me subyugó desde la primera página y la leí compulsivamente hasta el final. Revela las preguntas esenciales sobre nuestra identidad: ¿cómo nos hemos convertido en lo que somos? ¿Por herencia, por accidente, por elección? Buscando la respuesta, encontramos las verdades más importantes» (Amy Tan).

«A.M. Homes es, para los escritores de mi generación, una especie de heroína, y La hija de la amante es el último ejemplo de valentía y genialidad. Es un libro apasionante, demoledor y furiosamente bueno, escrito con una sinceridad de la que pocos seríamos capaces» (Zadie Smith).

«Una increíble experiencia emocional, profundamente entristecedora, conmovedora y, en última instancia, jubilosa» (Mary Gaitskill).

«Es fascinante ver a A. M. Homes, esta novelista caracterizada por las situaciones extremas, en el manejo del delicado material de su propia vida. Feroz y elocuente» (Katie Roiphe, The New York Times).