En esta novela del alcohol y de la noche, en este homenaje a Lima, una ciudad que fascina por su miseria pavorosa, por su belleza de afeites virreinales, por su encanto de mundo caduco pero donde las relaciones son aún humanas, los protagonistas buscan de forma obsesiva una ética, y una estética, basada en la fuerza y la voluntad. Finalmente llegarán a la conclusión de que sólo la riqueza hace libre. El oro se convierte una vez más en símbolo metafísico, en piedra mágica capaz de cubrir las necesidades del hombre y devolverle tiempo y voluntad para vivir lo esencial.

Un hijo y un padre, que nunca llegaron a conocerse, coinciden casualmente en Lima. Miguel Ángel Luna, el padre, es un aventurero español, que fue sucesivamente fascista, voluntario en la División Azul y revolucionario en Guatemala, y que ha logrado hacer fortuna gracias al tráfico de cocaína. Miguel, su hijo, acaba de abandonar Madrid dispuesto a emprender un viaje iniciático que empieza con un descenso a los infiernos de la bebida, la noche y la miseria. El azar le proporciona un compañero, Marco, joven de la alta burguesía venida a menos, con quien Miguel comparte una amante, curiosa y tolerante como una cortesana del siglo XVI, y un coche para trabajar de «lechucero», de taxista de noche.

En una época de decadencia salsera y alcohólica, en el Perú de los años setenta, estos protagonistas sacralizan la amistad y el amor y adoptan una conducta propia de sus añorados modelos, los «castellanos renacentistas», lejos de la mediocre y odiada «normalidad», de los insípidos modelos éticos y sociales de la clase media.

Con Tendrás oro y oro Rafael Sender se afirma como uno de los descubrimientos más valiosos de la actual novelística hispánica.