Patricia Highsmith afirma que se divirtió escribiendo estos relatos, y podemos decir que esto se nota. En Catástrofes, la maestra de las atmósferas ominosas abandona los laberintos del suspense sutil y se dedica a una literatura de trazos más gruesos, de un humor negro y esperpéntico, a medio camino entre la novela gótica y la sátira ecológica. ¿Qué sucede cuando una especie indestructible de cucarachas invade el edificio más elegante de Nueva York? ¿O cuando las células de los enfermos de cáncer tratados con drogas experimentales continúan multiplicándose como setas monstruosas en el suelo del cementerio? ¿Acaso alguien ha pensado que en el subsuelo de los estadios deportivos de las universidades hay peligrosos depósitos de residuos nucleares? ¿Qué pasaría en los Estados Unidos si la Asociación Psiquiátrica Americana, por razones de «humanidad y economía», dejara en libertad —y en la calle— a todos los enfermos crónicos internados en los manicomios?

«Patricia Highsmith es una de las escritoras más interesantes de este siglo deprimente.» (Gore Vidal)

«Es una escritora imposible de encasillar. Los adictos a la "novela policíaca" pueden probar con ella que el género ha conseguido ser Literatura con mayúsculas.» (Janice Elliott, New Statesman)

«Los relatos de Catástrofes son originales, incómodos y perversos; escritos con tanta habilidad como convicción, y dudo que pudiéramos exigir más de una escritora.» (The Times Literary Supplement)

«Diez historias que comienzan en un clima de trivialidad y culminan en una atmósfera cotidiana colmada de horror. Le Monde considera etas historias bellísimas parábolas portadoras de una terrible lógica.» (El País)