Veinte años después de la muerte de su padre y la bancarrota de su familia, Joe Starling vuelve a Montana, su tierra natal. Antes estudió en Yale, conquistó cierta fama en Nueva York como pintor y, secas las fuentes de la inspiración, acabó ilustrando catálogos de artefactos absurdos para un excéntrico empresario. Hasta que una mañana, en plena crisis de los treinta y tantos años, Joe coge el descapotable color rosa de Astrid, su amante cubana, y regresa a Montana en una alegremente desesperada búsqueda de sus raíces, de su identidad perdida, de los restos de la fortuna familiar, y quizá hasta de aquello que un día le impulsara a pintar, y luego le abandonara.

La vuelta a casa, la imposible vuelta a casa de tantas odiseas americanas, resucita algunos sencillos placeres del pasado: la alegría de cabalgar por el antiguo rancho de su padre al atardecer, la contemplación de la nada sofisticada belleza de su primera novia, e incluso las peleas con su rival de entonces y de ahora. Joe empieza a soñar con un nuevo comienzo, con la posibilidad de vivir una vida que no fue. Pero muy pronto los fantasmas familiares — de los vivos y de los muertos —, la dura realidad del dinero y la llegada de su imprevisible amante cubana, le devuelven al ineludible fluir del tiempo, al insoslayable presente.

«Imaginaos a Ernest Hemingway con un sarcástico sentido del humor o a Franz Kafka viajando a través de Montana... y os imaginaréis a McGuane.» (Atlanta Journal & Constitution)

«McGuane es, desde hace años, uno de nuestros mejores novelistas, y Quédate con el cambio su mejor libro hasta la fecha.» (Robert Wilson, USA Today)

«Escrito con un estilo minimalista, diálogos impecables y la habilidad de variar su registro desde la lírica exaltación de la naturaleza a la más ácida comedia de costumbres moderna, Quédate con el cambio es un libro imprescindible en la literatura norteamericana actual.» (I-D Magazine)

«Todos los temas caros a McGuane están en Quédate con el cambio: el vagabundeo, el aburrimiento, el camino, la mitología de los grandes espacios, la naturaleza salvaje. Y, como siempre, ese toque singular que oscila entre la crueldad y la ironía, el cinismo y la nostalgia.» (Le Nouvel Observateur)

«A pesar de que la prosa vigorosa de McGuane, de un admirable equilibrio entre el virtuosismo y la profundidad, nos conduce a los grandes espacios de Montana, no debemos cometer jamás el error de considerarle un escritor "regional". La deslumbrante escritura de McGuane hace de él uno de los más grandes escritores americanos y éste es el libro de su madurez.» (Patrick Raynal, Le Monde)