24/11/2020
Empieza a leer 'La enfermedad de escribir' de Charles Bukowski
1945
Hallie Burnett era coeditora de la revista Story, en la que Bukowski publicó su primer relato en 1944.
[A Hallie Burnett]
Finales de octubre de 1945
Recibí la nota en la que se rechazaba «Whitman: poesía y prosa» junto con los comentarios de los lectores.
No está mal.
Avísame si algún día necesitases más lectores de manuscritos. No encuentro trabajo en ningún lado, así que no pierdo nada por probar contigo.
1946
Caresse Crosby publicó «20 tanques de Kasseldown», uno de los primeros relatos de Bukowski, en el tercer número de Portfolio: An International Review en 1946, junto con escritos de autores de la talla de Henry Miller, Jean-Paul Sartre, Federico García Lorca y Kenneth Rexroth. Henry Miller era el editor de ficción adjunto.
[A Caresse Crosby]
9 de octubre de 1946
Querida señora Crosby:
Trabajaba en una fábrica de marcos de cuadros
Y bebía cuando aceptaste uno de mis relatos.
En la carta dijiste que era «desconcertante y profundo».
Perdí el trabajo.
Mi padre me compró un traje nuevo y me mandó a Filadelfia.
Cobraba el paro y tenía demasiado tiempo para pensar y beber.
No dejaba de pensar en Portfolio.
Escribí varias notas insultantes con términos en francés que sacaba del diccionario. Quería un ejemplar de Portfolio con mi relato. Estaba deprimido, tenía ganas de suicidarme y delirios alcohólicos. Necesitaba un empujón espiritual, me propasaba en mis exigencias. Tras varios intercambios, recibí un ejemplar.
Ahora trabajo en un almacén de herramientas.
Y bebo.
Pero sigo sin saber qué fue de los relatos y viñetas que le envié en marzo de 1946. ¿Estará enfadada? ¿Se estará vengando? ¿Habrá quemado mis escritos? ¿Habrá hecho barquitos de papel con ellos para jugar en la bañera? ¿O acaso Henry Miller los habrá guardado debajo del colchón?
No pienso esperar más.
Si no obtengo respuesta, la tendré a mi manera.
Atentamente,
Charles Bukowski
[A Caresse Crosby]
Noviembre de 1946
Te escribo de nuevo para decirte lo mucho que me gustó recibir la foto de Roma y la nota. En cuanto a los manuscritos que se han perdido, al diablo con ellos, tampoco eran gran cosa, salvo quizá algunas viñetas repletas de violencia que hice cuando vivía de gorra en casa de mis padres en Los Ángeles. Pero basta de tonterías: soy poeta, et al.
Sigo débil por culpa de la bebida y ya no tengo máquina de escribir. Escribo a mano, qué remedio, ja ja. Matrix, una «pequeña revista» bastante tradicional de Filadelfia, ha aceptado tres relatos míos pasables y cuatro poemas que no estaban muy allá.
No sería capaz de ir a Washington a dedo para verte, soy demasiado nervioso. Llegaría hecho una piltrafa. Gracias de todos modos. Muy amable de tu parte.
Tal vez te envíe algo pronto, pero no de momento. No sé si me entiendes.
1947
[A Whit Burnett]
27 de abril de 1947
Gracias por la nota.
No creo que escriba una novela, no me sale de dentro, aunque he pensado en ello y es posible que lo intente algún día. Se llamaría Bendito Factótum y trataría sobre el trabajador de clase baja, sobre las fábricas y las ciudades y el valor y la fealdad y el alcoholismo. Me temo que si la escribiese ahora no sería gran cosa. Tendría que entusiasmarme de verdad. Además, tengo tantos problemas en estos momentos que no me atrevo ni a mirarme al espejo, y mucho menos a escribir un libro. Pero admito que tu interés me ha sorprendido y gustado.
Ahora mismo no tengo más viñetas solas, sin relato. Matrix aceptó la única que hice de ese modo.
El mundo me tiene bien cogido por los huevos y no tengo muchas ganas de escribir, Whit, así que tu carta me ha animado.
1953
[A Caresse Crosby]
7 de agosto de 1953
Vi tu nombre, «Dail Press», en una reseña (y eso que casi nunca las leo).
Me publicaste hace ya tiempo en Portfolio, en uno de los primeros números (en 1946 o por ahí). Resulta que una vez, después de una larga borrachera, tuve que volver a vivir con mis padres en momentos nada fáciles de mi vida. Mis padres leyeron el relato («20 tanques de Kasseldown») y quemaron el ejemplar entero de Portfolio. De mis escasas publicaciones, es de la única que no tengo un ejemplar. Si tuvieras uno de sobra (y la verdad es que no sé por qué ibas a tenerlo) me harías muy feliz si me lo enviaras.
Ya no escribo tanto; estoy a punto de cumplir los 33, con barriguita cervecera y cada vez más loco. Hace seis o siete años vendí la máquina de escribir para emborracharme y no tengo dinero para comprar otra, apenas tengo para beber. Ahora lo poco que escribo lo hago a mano y lo realzo con ilustraciones (como cualquier otro colgado). A veces tiro los cuentos a la basura y cuelgo los dibujos en el baño (a veces del portarrollos del papel higiénico).
Espero que tengas «20 tanques». Te estaría muy agradecido.
Judson Crews, autor y editor prolífico donde los haya, publicó un poema de Bukowski en The Naked Ear en 1957 tras haber rechazado su poesía durante años.
[A Judson Crews]
Finales de 1953
Eres el único editor de Estados Unidos que envía cartas de rechazo alegres. ¡Me alegra que me pongas al día en el reverso de esas fotos maravillosas! Me parece que eres un buen tipo.
El último número de Naked Ear me gustó mucho. Desprendía mucha más vida y arte que cualquier número de The Kenyon Review, y eso pasa porque publicas lo que te apetece y no lo que se considera correcto. Sigue así.
Ayer conocí a Janet Knauff. Dice que te conoce. La llevé al hipódromo.
[A Judson Crews]
4 de noviembre de 1953
Te seré bien sincero. Quédate los poemas cuanto quieras porque si me los devuelves los acabaré tirando a la basura.
Salvo los primeros poemas, los otros ya los han rechazado Poetry y Embryo, una revista nueva. Los comentarios son favorables, pero no creen que escriba poesía y sé a qué se refieren. Las ideas son buenas pero no sé abrirme paso, no sigo las normas. La poesía no me interesa. No sé qué es lo que me interesa. Supongo que todo lo que no sea aburrido. La poesía convencional no tiene vida aunque parezca lo contrario.
Quédate los poemas todo el tiempo que quieras. Eres el único que ha mostrado interés en mi obra. Te enviaré más en cuanto los escriba.
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Traducción de Damià Alou.
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