En esta obra de extraordinaria importancia —el primer estudio amplio y profundo sobre el estructuralismo en la crítica literaria publicado hasta la fecha—, Jonathan Culler investiga los aciertos y errores del estructuralismo y expone cómo la lingüística puede ser usada de modelo para una poética que pueda revitalizar la crítica literaria.

Argumenta que si la crítica literaria quiere convertirse en una disciplina coherente, no debe limitarse a acumular interpretaciones de textos, sino que debe investigar la condiciones de significado en literatura y proporcionar una relación de las convenciones, códigos y operaciones que permitan interpretar el sentido de la obra literaria.

Culler analiza la labor efectuada por el estructuralismo, perfila una teoría de la competencia literaria y describe las convenciones básicas de la lírica y de la novela.