Fernando Cesarman recoge el hilo de Ariadna capaz de conducirnos a través del laberinto de burgueses, santos, enanos, bandidos, prostitutas y demás marginados que habitan las películas de Luis Buñuel. Si en un sentido estrictamente terapéutico, el método utilizado no puede considerarse como un psicoanálisis, sí lo es en cuanto recorre la cortina que oculta los conflictos latentes que moverán a los personajes buñuelianos a repetir, como una mariposa aturdida que gira alrededor de una luz, los mismos fatigosos actos de cuya rutina sólo consigue escapar un momento y, únicamente, para verse al final, como al principio, en el mismo sitio, en el mismo encierro, en la misma espera desesperada por encontrar los oscuros caminos de la libertad.

El ojo de Buñuel. Psicoanálisis desde una butaca, más que un estudio para especialistas, es un ensayo totalizante sobre el peculiar conjunto de instintos, deseos y sueños que, enlazados a la vida cotidiana, hacen del hombre moderno, como del personaje de Buñuel, un marginado de la sociedad por él mismo construida. Fundada sobre excrementos (La edad de oro), la sociedad escapa a la voluntad humana y, obediente a leyes propias, se convierte en prisión y paciente.

El presente volumen tiene el triple atractivo que constituyen la reconstrucción del universo de un cineasta ya clásico, el desciframiento de las claves de su cine que son, al mismo tiempo, las del surrealismo, y la visión de un psicoanálisis que no busca cambiar al paciente que sueña, sino a la sociedad por él estructurada y que ahora lo oprime.

El ojo de Buñuel resultó finalista del IV Premio Anagrama de Ensayo otorgado en Barcelona el 11 de diciembre de 1975.