«Uno tiene más o menos esbozada una Teoría del cachondeo, por la cual resulta que los tres grandes cachondos nacionales de la dictadura —cuando el cachondeo era una forma de resistencia pasiva— fueron Cela en la novela, Fernán-Gómez en el teatro y Berlanga en el cine», dice Francisco Umbral en su prólogo.

El libro, que se acoge al ya clásico esquema de las conversaciones, de comprobada eficacia, no pretende ser sino una reflexión dialogada y compartida con el propio cineasta sobre su obra. «No hemos desdeñado —explican los autores— las alusiones biográficas ni las incursiones en la historia del cine español, si bien nuestro objetivo principal ha sido el análisis pormenorizado de la filmografía berlanguiana.»

El lector, junto a los aspectos esenciales de este análisis, encontrará abundantes anécdotas, cuya presencia en el texto es totalmente deliberada, tanto por su contribución a una deseable amenidad como por resultar, en muchos casos, sumamente ilustrativas de las miserias y grandezas entre las que se desenvuelve el quehacer cinematográfico en España.

El libro no sólo recoge minuciosamente las principales ideas de Berlanga sobre su forma de entender y practicar el oficio de cineasta, sino también sus opiniones sobre temas como la mujer, la incomunicación, la soledad, la muerte, la religión, la insolaridad, el sexo y cuantas cuestiones fundamentales están implicadas en su obra.