ISBN | 978-84-339-1223-7 |
EAN | 9788433912237 |
PVP CON IVA | 9.50 € |
NÚM. DE PÁGINAS | 152 |
COLECCIÓN | Contraseñas |
CÓDIGO | CO 23 |
TRADUCCIÓN | José Manuel Álvarez, Ángela Pérez |
PUBLICACIÓN | 18/04/2006 |
COLECCIÓN:Contraseñas
Para esta desopilante novela, Richard Brautigan se ha sacado de la chistera el siguente reparto: Un pareja, Bob y Constance, que a raíz de la aparición de verrugas en sus partes genitales, lo que les imposibilita una relación sexual "normal", se aplica, de forma laboriosa y más bien torpe, a prácticas sadomasoquistas. Otra pareja, vecina de la anterior, John y Patricia, ambos devotos de Greta Garbo, de los bocadillos de pavo y (John en solitario) del show televisivo de Johnny carson, excelente somnífero. Los hermanos Logan -un día, ¡ay! lejando, orgullo de su familia y de su pueblo natal-, que han jurado venganza eterna contra los ladrones de sus preciados trofeos de bolos. En el transcurso de su búsqueda implacable se han convertido en una banda de temibles forajidos. Y finalmente Willard, un pájaro gigantesco de papier-mâché. La acción, aparte de las galopadas continentales de los hermanos Dalton, se desarrolla en San Francisco, donde se despeja el destino fatal que ha unido a Willard, los Dalton y las dos parejas.
ISBN | 978-84-339-1223-7 |
EAN | 9788433912237 |
PVP CON IVA | 9.50 € |
NÚM. DE PÁGINAS | 152 |
COLECCIÓN | Contraseñas |
CÓDIGO | CO 23 |
TRADUCCIÓN | José Manuel Álvarez, Ángela Pérez |
PUBLICACIÓN | 18/04/2006 |
La carrera de Brautigan arranca en los años sesenta, en los que se convirtió en un autor mítico para los jóvenes norteamericanos de la época. Con su escritura simplificada al extremo, su eficaz extravagancia, su salvaje sentido del humor y su increíble imaginación, Brautigan es un heredero de una tradición literaria que partiendo de Mark Twain y Walt Whitman entronca con los freak brothers: se ha dicho de él que es como si el Steinbeck de "la calle de la sardina" hubiera leído los cómics de Crub, mientras que en Francia se le llamó "el Boris Vian del Pacífico".
Foto © Jill Krementz