Lorenzo Martín Lecouvreur, nacido en Reims, llega un verano a Sevilla. Se instala en una pensión, hace amigos, trabaja en lo que puede y se deja llevar. Un día, la llegada casual de un pariente supondrá un cambio en su existencia, adormecida y sin horizontes. Conocerá personas con habilidades particulares y se verá envuelto en una oscura operación.

Ambientada hace unos años, el protagonista relata en primera persona y con un fino sentido del humor la variedad de oficios que se ve obligado a realizar para sobrevivir en una ciudad quieta e indiferente, desde locutor de radio a ayudante de una panadería, pasando por otros más canallas; y describe a la gente que le rodea o se cruza en su camino: amigos, amantes, socios, estafadores, ladrones y falsificadores.

La aventura transcurre entre Sevilla y Nueva York en busca de los restos de un misterioso tesoro, acción en la que intervienen el enigmático señor Mejías, la dueña de una galería del Soho neoyorquino, un joyero de extrañas ocupaciones y un especialista en sistemas de seguridad, personajes que se entrelazan con otros no menos pintorescos: un grupo de desastrados profesores, la bella Beatriz y la inquieta Carmina, un antiguo boxeador, el corpulento detective Chaves y un ladronzuelo de iglesias. En apariencia distantes, todos se encuentran relacionados en una singular tramoya.