El autor de Manual del distraído, un libro justamente mítico, nos brinda ahora La fábula de las regiones. Más que una colección de cuentos, este libro es un vasto fresco de impecable e implacable diseño que va engarzando estas historias que suceden en regiones de una América de fronteras difusas, bajo un clima de calor, descomposición y derrota, a la orilla de grandes ríos de aguas lentas que van a perderse en llanuras que parecen no tener fin. Aquí, la anécdota de los truncados destinos de hombres y mujeres que habitan estas páginas, acaba teniendo la trágica dimensión del paisaje, descrito por Rossi con una minuciosa y desesperada exactitud que define los límites de un mundo imposible al tiempo que evidente y sin escape.

La fábula de las regiones es un testimonio de esa América que ya no puede presentarse tras los velos de lo mágico y maravilloso. Al lector de estas historias le espera una revelación sin otra clemencia que la necesaria dosis de un humor dosificado con una mano maestra.

Vale la pena insistir en que cada historia se complementa y se enriquece con la que sigue, hasta llegar al diálogo final de «Luces del Puerto» que cierra ese ciclo de amor y desamparo. 

Ésta es la fábula y éstas las regiones. Que el lector comparta nuestro asombro ante el fresco que Rossi ha sabido crear con su estilo inconfundible y sin complacencia alguna.