La protagonista de esta novela, personal, delicada y extraña es una niña, asediada por la soledad y los miedos, que vive en un mundo partido en dos. De un lado está el campo, la casa de los abuelos, el verano: un universo luminoso, inmóvil en el tiempo, pacífico, en el que sin embargo aparece, omnipresente, la muerte.

De otro, la ciudad, el colegio, el invierno: un universo frío y oscuro, agitado, hecho de obligaciones rutinarias, detestables, que sólo enlaza con el anterior porque también está habitado por el miedo.

Hasta que la propia protagonista acaba escindiéndose también en dos; imitando la dicotomía de su mundo, surge en ella un desdoblamiento que aparece como su intento final de vencer esos obsesivos temores aun a costa del derrumbe de la identidad, de la aparición de esa «otra Sonia» que le permitirá librarse (o tal vez vengarse, simplemente) de las dolorosas experiencias de esa época.

Novela de la inocencia imposible, La otra Sonia supone la aparición de una nueva y singular voz en el panorama actual de la narrativa española más reciente, extraordinariamente dotada para la creación de atmósferas, para la pintura de los matices y el dibujo en claroscuro.