Cuando este libro se publicó por primera vez en Yugoslavia, en 1987, y casi simultáneamente en Italia, la critica alertó sobre tres obras: Diccionario jázaro, de Milorad Pavic; Breviario mediterráneo,de Matvejevic, у Danubio de Claudio Magris, aparecidas en el mismo momento y próximas en espíritu entre sí.

La critica se dividió tratando de determinar su género: «una novela posmodema» o «una novela-ensayo» (así la presentó Claudio Magris, destacando en su prólogo que se trata de una obra «genial, imprevisible y centelleante»). Se mencionaron también otras definiciones: «crónica del Mediterráneo», «libro de viajes», «diario de a bordo» o «diario personal», «tratado poético-filosófico», «colección de parábolas bíblicas y de midrash», «libro de aforismos», «libro de oraciones», «atlas», «novela ilustrada del siglo XXI»... Este Breviario quizás es todo eso, pero a la vez otra cosa.

Tras un inicio escrito a la manera de ensayo clásico, con una aparente pretensión científica, la obra bascula ingeniosa y casi imperceptiblemente hacia un originalísimo discurso narrativo, con sabias variaciones en la forma de escritura. En palabras de su autor, este libro es «una tentativa de gaya ciencia».

Próximo por sus gustos y sus orígenes a los formalistas rusos, Matvejevic ha pasado, de un modo parecido al de Sklovski o Tynianov. del discurso teórico-crítico al de la novela o la narración. Una semántica particular -ligada también a la traducción rusa- utiliza hábilmente los mapas geográficos antiguos y los introduce en el discurso narrativo de uno de los mejores escritores de las lenguas eslavas.

«Quiero subrayar la originalidad enciclopédica de las glosas léxicas y filosóficas que ha unido a sus descripciones impresionistas y sensuales y que atestiguan senas investigaciones científicas. Fenómeno raro, Matvejevic ha sabido asociar al placer poético que se desprende de la lectura de sus reflexiones sobre el Mediterráneo, todo un catálogo comentado de los grandes libros históricos, filosóficos, literarios y estéticos que este mar ha inspirado.» (François Fetjö, Il Giornale)

«Algunos críticos lo presentan como una auténtica novela, ¿acaso no ha hecho, para la geografía, lo que Marguerite Yourcenar hizo para la historia recreando desde el interior el personaje de Adriano? Para mí, este breviario es ante todo un magnifico ensayo de geopoética, el primero que un autor consagra al Mediterráneo, cuna y crisol de la civilización.» (Robert Bréchon)