Después de haber dedicado su atención a algunos de los mitos del siglo XX: Marilyn, Cassius Clay, Picasso, Oswald Norman Mailer ha decidido abordar uno de los grandes mitos de todos los tiempos: Jesucristo, que en El Evangelio según el Hijo cuenta su historia en primera persona.

Mailer, judío de Brooklyn, educado en la tradición laica, considera la Biblia una narración apasionante y a Jesús una figura interesantísima y en cierto modo mal explicada. Por ello se ha atrevido a meterse en su piel y hacer que sea el propio protagonista de los Evangelios quien narre sus avatares.

No ha pretendido ser blasfemo, ni escandalizar, ni ofender, sino intentar comprender mejor a un personaje fascinante, y nos presenta una visión humanista de Jesús, un Jesús de carne y hueso, abrumado por la misión que le ha sido encomendada, dotado de deseos y de sentido del humor, y lleno de dudas.

Esta relectura personal pero singularmente fiel de los textos evangélicos es un libro polémico y apasionante, que no puede dejar indiferente ni a los creyentes ni a los no creyentes. Ante la demanda de espiritualidad que parece acompañar este fin de milenio, Mailer abandona los mitos laicos de nuestro tiempo y propone una aproximación a uno de los grandes mitos sagrados de la humanidad.

«Demuestra una admirable audacia al optar por escribir con la propia voz de Jesús... Mailer ha leído ampliamente la literatura del antiguo judaísmo y los primeros textos del culto a Jesucristo. Y ha incorporado al libro muchas de estas tradiciones con respetuosa atención y lúcida fidelidad» (Reynolds Price, The New York Times Book Review).

«Normal Mailer realiza una interpretación brillante de la cara humana de Jesús... Su capacidad de penetración en el corazón humano de Jesús rivaliza con Dostoievski en profundidad y perspicacia... Resulta más convincente que ningún otro escritor al mostrar a Jesús el hombre, que podría haber sido tal como él lo describe, y eso es una suerte de milagro literario» (Publishers Weekly).

«Este Jesús teme a la muerte, a los escorpiones del desierto y a Dios, al que parece temer más de lo que lo ama. Y tiene algunos pequeños pecados que confesar» (Adam Mars-Jones, The Observer).

«Una de las grandes virtudes de Norman Mailer ha sido su capacidad para interesarse y rápidamente convertirse en experto en casi todo: los antiguos egipcios, la CIA, Lee Harvey Oswald, Pablo Picasso, los astronautas, los boxeadores, el sexo, la política... todo ha estimulado sus órganos de verbalización. Pero recontar los Evangelios desde el punto de vista de Jesús puede descolocar hasta a sus más entusiastas admiradores... Su Jesús, un ser humano fatalmente afligido por su misión sobrenatural, resulta conmovedor» (John Updike, The New Yorker).

«Un libro de una considerable fuerza intelectual» (Frank Kermode, The New York Review of Books).