Cuando en 1985, a los veinticinco años, Jeanette Winterson irrumpió en las letras inglesas con su primera novela, la historia de una jovencita educada por fanáticos protestantes que se enamora de una amiga, descubre su homosexualidad y pierde la fe, Iris Murdoch, una gran novelista que no se caracteriza por la desmesura de sus elogios, la saludó como a una autora de enorme talento. Ahora, tras haberse consolidado definitivamente como una figura de la literatura británica, Jeanette Winterson desata la polémica con una nueva obra, tanto o más provocativa que las anteriores.

El personaje que narra -¿hombre o mujer? La autora afirma haber querido borrar deliberadamente las marcas genéricas-, provocativo, byroniano, con una larga lista de amantes en su pasado, en su mayoría mujeres pero también algunos hombres, se enamora apasionadamente de Louise, pelirroja, de prerrafaelista belleza y sólidamente casada.

O quizá no tanto, porque muy pronto la hermosa Louise abandona a su marido y se va a vivir con su enamorado/a, sin decirle que en su deseado cuerpo se agazapa una muerte cercana. Pero Escrito en el cuerpo es mucho más que una historia de poco convencionales amores y adulterios aún menos convencionales.

Jeanette Winterson, con su mirada perversa y su exaltado lirismo, ha escrito una apasionada novela sobre la condición humana, la sorprendente topografía del deseo, los inesperados huracanes de la pasión.

«Una obra de gran ambición, historia de amor a la vez que meditación filosófica sobre el cuerpo en tanto entidad física y correlato objetivo de nuestro ser más profundo. Una novela subversiva por la radicalidad de su propuesta: el amor, por su naturaleza, debe formular sus propias reglas» (Jim Shepard, The New York Times Review of Books).

«La prosa de Jeanette Winterson da textura y espesor al amor, lo hace palpable. Explora nuevas zonas del deseo y de la adoración, y su ritmo nos trae a la memoria en más de una ocasión el Cantar de los Cantares» (Gabrielle Annan, The New York Times Review of Books).

«Deslumbra al lector con su brillo, pero no oculta su crueldad, la habitación ensangrentada que se esconde tras la opulenta fachada» (Joan Smith, The lndependent on Sunday).

«La novela de Jeanette Winterson contiene, al igual que el Orlando de Virginia Woolf, un tesoro de hermosísima escritura» (John Sutherland, The London Review of Books).

«Una historia de amor, llena de sensuales evocaciones sobre los placeres de la carne, pero que alcanza su mayor altura en su diatriba feroz contra el mundo de la pareja convencional y el matrimonio» (Blake Morrison, The Bookseller).