ISBN | 978-84-339-7098-5 |
EAN | 9788433970985 |
PVP CON IVA | 14.00 € |
NÚM. DE PÁGINAS | 168 |
COLECCIÓN | Panorama de narrativas |
CÓDIGO | PN 635 |
TRADUCCIÓN | Asunción Lorenzo, Kirsti Baggethun |
PUBLICACIÓN | 01/03/2006 |
OTRAS EDICIONES | Otra vuelta de tuerca (OVT 38) |
COLECCIÓN:Panorama de narrativas
Escrita en 1894, Pan es una de las obras maestras de juventud de Knut Hamsun y, con Hambre, una de las más emblemáticas de este excepcional autor noruego, galardonado en su día con el Premio Nobel. Esta edición de Pan es la primera traducción del noruego efectuada en lengua española.
Este gran canto a la naturaleza del mágico norte de Noruega donde Hamsun se crió, constituye el marco de una historia de amor. El joven teniente Glahn, un ser complejo, ermitaño, un enfermo incurable de spleen que vive una suerte de unión panteísta con el cosmos, recuerda un verano en Nordland, cuando vivía en una choza perdida en medio de la naturaleza, como Pan, el dios de los bosques, acompañado únicamente de su perro. Pero en una de sus salidas de caza el teniente tropieza con la andrógina Edvarda, hija del cacique del pequeño pueblo de Sirilund, una jovencita de quince o dieciséis años, de tez morena, manos largas y oscuras y labios carnosos y sonrientes. A partir de entonces, viven una apasionada historia de amor, a la luz del verano de Nordland, y la sombra de Edvarda, independiente y caprichosa, se cierne sobre la vida, los días y los pensamientos del teniente Glahn, hasta que llega el otoño. Edvarda no se toma muy en serio su relación con el teniente y éste, el orgulloso convertido en pelele, utiliza a Eva, la sirvienta, como a su esclava de amor. Cuando finalmente Edvarda se casa con un barón, se precipita la catástrofe.
Pan representa la profunda unión con la naturaleza que sentía el autor noruego y su pasión por el ser excéntrico e individualista al margen de la civilización. Pero la naturaleza no es sólo el marco y el acompañamiento de esta historia de amor, sino que de algún modo condiciona lo que ocurre entre los humanos y refuerza la sensación de lo ineludible del destino.
«Los más grandes de su siglo (Kafka, Bashevis Singer, Thomas Mann, Henry Miller) lo reconocieron como "padre" y maestro indiscutible de la literatura moderna» (Mercedes Monmany, ABC).
«El teniente Glahn, el héroe negativo de Pan, es un neurótico que busca en la soledad de los bosques curación o amparo de las heridas que le inflige la sociedad y que le inducen a su vez a herirse y a herir a otros. Hamsun, que retrata con genial poesía el deslumbramiento de Glahn, sucumbirá él mismo a ese deslumbramiento. Glahn -y con él muchos otros personajes de Hamsun, en parte incluso el propio autor- es un bárbaro que anhela volver a ser salvaje, para usar la terminología de Schiller» (Claudio Magris).
ISBN | 978-84-339-7098-5 |
EAN | 9788433970985 |
PVP CON IVA | 14.00 € |
NÚM. DE PÁGINAS | 168 |
COLECCIÓN | Panorama de narrativas |
CÓDIGO | PN 635 |
TRADUCCIÓN | Asunción Lorenzo, Kirsti Baggethun |
PUBLICACIÓN | 01/03/2006 |
OTRAS EDICIONES | Otra vuelta de tuerca (OVT 38) |
Knut Hamsun (1859-1952) nació en el sur de Noruega, en Lom, pero su familia se mudó al norte, a Hamaroy, cuando tenía cuatro años. Se dio a conocer en 1890 con la novela Hambre, que representó algo totalmente distinto en la literatura escandinava. Luego llegaron Misterios (1892), Pan (1894), Victoria (1898), y las tres novelas Bajo las estrellas de otoño (1906), Un vagabundo toca con sordina (1909) y La última alegría (1912), recogidas todas ellas en Trilogía del vagabundo (1927). A partir del cambio de siglo su obra adquirió tintes épicos con novelas más extensas, sobre todo en La bendición de la tierra (1917). Knut Hamsun recibió el Premio Nobel en 1920, pero tras la guerra fue acusado de traición y repudiado por el gobierno noruego por sus ideas afines al nacionalsocialismo y su apoyo al gobierno colaboracionista de Vidkun Quisling. «Con los años, aquella lógica repugnancia, la misma que sufrieron Céline y Pound, se vería, si no silenciada, sí evocada paralelamente a sus enormes valores intrínsecos literarios, sin adjetivaciones» (Mercedes Monmany, ABC).