A los diecisiete años, Sarah conoce a un hombre del que nadie ha querido hablarle. Se llama Benoît, tiene treinta y ocho años y el aire de estar saliendo de la adolescencia, es arquitecto, vive en Londres, y no ha querido casarse nunca. Y de aquel encuentro surgirá un amor loco, ávido, desesperado, al que sucumbirán dos años más tarde. Ella caerá en sus brazos, y acabará en su cama. Pero es un amor prohibido, es Edipo y Antígona, es Fedra e Hipólito. Como ellos, Sarah y Benoît experimentan los ardores, el vértigo, los rigores del amor prohibido. Porque Benoît es el padre biológico de la jovencita, que desapareció antes de que ella naciera. Y un año después, Sarah rememora esos doce meses de una felicidad imposible, y el libro se transforma en un monólogo feroz, incendiario, contra el tabú del incesto, «una prohibición fundada en una alucinación colectiva, en una superchería, una superstición»...

«Marchand ha escrito un libro extraordinario, que logra que no juzguemos. Es verdad que tras el incesto que nos relata, con su escritura fulgurante, hay una historia eterna. La de una pasión desgarradora y sublime entre un hombre y una mujer. Nada más. Y nada menos» (Alexandra Lemasson, Le Magazine Litteraire).

«Por fin, tras tantas falsas obras maestras, un libro donde la fuerza del argumento está a la par con la suntuosa calidad de la escritura... Una obra ambiciosa y arriesgada, una novela que nos lleva demasiado lejos para que podamos seguir siendo los mismos» (Clara Dupont-Monod, Marianne).

«Con un tema realmente escabroso, Paul M. Marchand ha escrito un relato envolvente, pleno de matices, delicado. Su libro se impone por su fuerza y por un estilo de una gran calidad literaria» (Jean-Claude Perrier, Livres Hebdo).

«Una historia perturbadora, una prosa notable. Este hombre es un escritor de verdad» (Olivia de Lamberterie, Elle).

«Una hermosísima novela de amor, un libro donde cada frase está medida como si el autor avanzara sobre arenas movedizas» (Gilles Martin-Chauffier, Paris Match).