El tercer libro de la saga de Wilt, cumbre del humor contemporáneo.

La endiablada capacidad de Wilt de crear conflictos llega en esta novela a sus más altas cotas de peligrosidad. En los lavabos del Politécnico donde es profesor aparece muerta por sobredosis la hija de un distinguido lord británico. Una inmejorable oportunidad para que el amargado inspector Flint reavive sus ansias de venganza, tras su fracaso en el caso de la muñeca hinchable.

Entretanto, Wilt atraviesa una difícil situación financiera: sus repulsivas cuatrillizas acuden a una costosa escuela especial para niños superdotados, por lo cual se ve obligado a hacer horas extras. Entre sus nuevos alumnos figuran un delincuente preso en una cárcel cercana y que parece ser uno de los jefes de una red de traficantes, así como los oficiales norteamericanos de una base de misiles. Por otra parte, su esposa le intenta renovar sus menguadas energías eróticas y le suministra subrepticiamente un horrible afrodisíaco. La acción se desencadena: el asesino McCullum aparece muerto en su celda, la base aérea es puesta en estado de alerta máxima por infiltración de un espía soviético y el ardor sexual de Wilt se descontrola por completo. Qué duda cabe de que nuestro héroe está en peligro... pero la rolliza Eva está decidida a salvar a su cónyuge a toda costa.

«Tremendo lío, con bases militares norteamericanas y afrodisiacos incluidos, en el que la ironía de Sharpe no deja títere con cabeza» (C. Palacios, El País).

«Un gran artesano del arte de la farsa... Salvaje y desopilante» (The Observer).