El Rey -Elvis Presley- dijo una vez que la música es algo que te hace mover por dentro y por fuera. Y Nick Hornby escribe sobre las canciones que le hacen mover y le conmueven, las que amó alguna vez y las que ocupan un lugar significativo en la banda sonora de su vida. Comienza con Teenage Fanclub, «Tu amor es el lugar desde el que vengo», y termina con la espléndida Patty Smith y su mítica meada en el río. Y entre los unos y la otra, canciones de Van Morrison -Hornby quisiera que en su funeral tocaran Caravan-, de Bob Dylan, de Bruce Springsteen -ha escuchado Thunder Road cientos de veces, y fue la canción que le hizo desear ser escritor-, de Badly Drawn Boy, lan Dury, Nelly Furtado... Hornby intenta definir aquello que hay en la música pop que nos toca tan intensamente, como ninguna otra música puede hacerlo, y quizá su libro no sólo es una crónica de canciones, sino también de instantes, de revelaciones, de recuerdos ligados a estas músicas tan perecederas, tan fugaces, tan irremplazables.

«Una parábola maravillosa y nada pretenciosa sobre el poder de la música, una lectura intensamente placentera» (Vicki Green).

«No hace crítica musical, no está interesado en las diferentes tendencias o en el desarrollo de las carreras de los artistas. Lo que le interesa, lo que lo atrapa es, solamente, la canción. Y Hornby escribe sobre las canciones como vehículos para acercarse a algo semejante a "lo divino"» (Gerald Marzorati, The New York Times Book Review).

«Íntimo, divertido, sabio... hablando de canciones, Hornby resulta tan convincente y seductor como en sus novelas» (Tim Adams, The Observer).

«Aquellos que temían que, con la edad, Nick Hornby perdiera su sentido del humor, pueden estar tranquilos, estas 31 canciones son la respuesta. Todo el encanto, la ironía de Alta fidelidad están aquí, en estas piezas comentadas, diseccionadas, puestas bajo la lupa del humor, el amor, la inteligencia» (David Desverité, àVoir-àLire).

«Un libro encantador. Hornby consigue con tal habilidad no sonar como un crítico, que podría ser confundido con un simple consumidor de música. Y allí radica su genio, él es l'homme moyen sensuel de la cultura pop» (Luc Sante, The New York Review of Books).

«Una suerte de autobiografía musical» (Dallas Observer).