Este es el segundo volumen de relatos que publica la autora, un género en el que brilla con especial intensidad su talento literario. Los lectores de Una enfermedad moral saben ya lo que pueden encontrar aquí: personajes desconcertados en busca de algo, una pista, una señal, quizá tan sólo un momento, momento que tenga la apariencia de una revelación y que los separe fugazmente del mundo hostil o indiferente. A pesar de la fugacidad de estas revelaciones, la impresión de tiempo detenido que dejan en el alma acompaña siempre. 

Algunos de estos personajes desearían obtener cierta confirmación de que la búsqueda que han emprendido merece la pena. Otros, sobre todo las mujeres desocupadas que se pasean por algunos relatos, sueñan con un cambio en su vida o con la recuperación de lo que se perdió, y en esa nostalgia encuentran un punto de apoyo para seguir viviendo. Porque la vida siempre puede sorprender, y si en ciertas ocasiones lo que ofrece es una verdad estremecedora, en otras, ¿quién sabe? 

Tal vez fluya siempre, por debajo de la superficie de las aguas, la cálida «corriente del golfo» y, repentinamente, nos puede envolver y devolver las esperanzas y los sueños que se fraguaron cuando la vida todavía estaba por hacer.